La destilación era ya una técnica conocida en China alrededor del año 800 a.C. empleandose para obtener alcoholes procedentes del arroz. También se han encontrado textos en el Antiguo Egipcio que describen la destilación para capturar esencias de plantas y flores. Como anécdota, se cree que una tal María le egipcia fue la inventora del conocido Baño María. En cualquier caso se sabe que la destilación era ya conocida en la Antigua Grecia y en la Antigua Roma.

Su perfeccionamiento se debe a los árabes. De hecho fueron los primeros responsables de la destilación del alcohol a principios de la Edad Media. En el siglo X el filósofo Avicena realizó una descripción completa de un alambique.
Al igual que alquimia, alambique o alquitara, la palabra alcohol es de origen árabe.

En la Edad Media, la destilación se practica sobre todo en el interior de los monasterios, pero los alcoholes que se obtienen son muy vastos y se usan únicamente con finalidades terapéuticas.
La creación del gin se le atribuye al profesor de medicina de la Universidad de Leiden, Franciscus de la Boe (1614-1672) quién preparaba bebidas destiladas mezclandolas con fresa del tipo juniperus communis, para ser utilizadas como diuréticos. La fruta era conocida según su nombre francés genièvre, que en Holandés fue alterado a genever y luego al inglés gin.

A pesar de que la mayor producción bebida es de gin del tipo “no holandés”, su principal productor era Holanda, quien en 1792 producía 14.000.000 galones anuales destinando 10.000.000 por año al mercado de exportación.
Los responsables de hacer conocido su sabor fueron los soldados que volvían a Gran Bretaña luego de batallas en el continente europeo.
A pesar de esta ser una razón para hacerlo conocido, la razón para popularizarlo fue un decreto de la Reina Anna quien en su reinado (1702 – 1714) aumento los impuestos a las bebidas alcohólicas importadas y redujo los impuestos a los productores locales. Esto potenció su producción local en la isla, permitiendo que la bebida gane su definitiva popularidad.

El faro de Mar del Plata fue construido en ese lugar para alertar a las embarcaciones de la presencia de las rocas. Así y todo se han registrado varios naufragios; el último fue el buque inglés James Clunies en 1949. El lugar es soñado; playa, bosques, algas, mucha vida marina con infinidad de especies. Sus ingredientes se buscaron en las zonas aledañas, especialmente cerca de las sierras de Balcarce donde las tierras hacen de los cultivos orgánicos excelentes botánicos.
En la nariz, enebro y floral, con notas de pimienta, hierba de limón, naranja y kinoto. El aroma tiene un dejo costero que es una reminiscencia de las piedras bañadas por la marea del océano. Los sabores aromáticos cobran vida en el paladar, el brillo de los cítricos y notas de enebro se complementan con un toque de laurel y cardamomo. Esta combinación entrega una elegante experiencia de fresco sabor que redondea la sensación de sabor el ligero toque de sal marina.

Nuestra Historia
Esta Ginebra artesanal, tiene su origen en 2015 en Londres en búsqueda de los ingredientes perfectos para una bebida fresca y agradable. Su inspiración viene de las costas del océano Atlántico, específicamente de Mar del Plata, donde muy cerca del faro se encuentra la restinga. Esta es una prominencia rocosa producto de la continuación del sistema de sierras de Tandilia.
